Evidentemente, detrás de la incertidumbre y miedo natural a enfermarnos por el coronavirus, existe de igual forma el miedo a la vulnerabilidad económica tanto en lo micro y macroeconómico.

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Al respecto, la consultora Capital Economics, en su página de internet estima que el brote costará poco más de $280,000 millones de dólares tan solo en los primeros tres meses de 2020.

Hoy México pasa por un momento de crisis, que ha provocado varias micro rupturas en nuestra sociedad

Carolina Limón H.

Dicho de otra manera, el monto estimado corresponde al presupuesto anual de todos los países que integran la Unión Europea; o bien los ingresos anuales de empresas como Microsoft o Apple, y ocho veces el presupuesto anual del gobierno nigeriano. China, la segunda economía global y la “fábrica del mundo” sería hasta hoy el país más afectado por la propagación de la enfermedad. Sin duda, esto es solo un aspecto visible de las afectaciones provocadas por la pandemia, aún falta que este “efecto dominó” muestre las vulnerabilidades de un sistema económico global.

Cabe mencionar que en tiempos de crisis los seres humanos buscamos a un líder, es decir a una voz confiable que nos lleve a todos –literalmente– a remar hacia un rumbo estable y seguro; El caso de México ante la contingencia, se distingue por una particularidad única: la falta de definición o reacción tardía de sus políticas por parte del Gobierno Federal y que ha propiciado una mayor inestabilidad económica. Por tanto, a falta de coordinación estrecha desde el ámbito federal los gobiernos estatales han tenido que conducir sus propios esfuerzos en beneficios de sus comunidades.

Ahora bien, me permito abordar el caso del COVID-19 como enfermedad y su naturaleza: sabemos que los síntomas son ligeros y muy confundibles con los de una gripe común; sin embargo, su nivel de contagio y afectación a nivel respiratorio es mayor. La Universidad John Hopkins desarrolló un mapa interactivo de casos de coronavirus en el mundo, hasta el 31 de marzo del 2020 existen 823 mil 479 casos confirmados; 40 mil 636 fallecimientos y 174 mil 019 personas recuperadas. Entre los países que presentan el mayor número de casos confirmados se encuentran los Estados Unidos de Norteamérica, Italia, España y China.

Asimismo, el nivel de recuperación es alto a comparación de otras enfermedades (MERS, SARS, Ébola, H5N1, entre otras), sin embargo no por ello se debe bajar la guardia, ya que el gran problema del mundo para el combate del COVID-19 es la saturación en los servicios de salud, la automedicación y conglomeración. Por ello, es vital seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud #QuedateEnCasa  Para poder lograr disminuir los contagios y elevar las tasas de recuperación.

Ahora sí, vayamos al tema del Marketing: en principio, cabría resaltar que la información acerca del coronavirus se ha viralizado, incluso –más que la propia enfermedad– dando pie al amarillismo, al fake news y con ello, a una terrible desinformación; Recientemente, la agencia de investigación De La Riva Group, realizó un “webinar” donde analiza las menciones en medios de comunicación de las distintas epidemias: Ébola con 11.1 millones, MERS 23.3 millones, SARS con 56 millones y el COVID-19 con 1.1 billones de menciones, convirtiendo al coronavirus en una realidad mediática más que mortal. Obviamente, aquí no se pretende aminorar el problema, sino entenderlo y situarlo en su propio contexto, en su dimensión real, en la que para una generación a la que no le ha tocado vivir este tipo de fenómenos provoca un enorme miedo, incertidumbre y ansiedad.

Además, el humor del mexicano no tiene límites y puede hacer familiar y cotidiano hasta lo desconocido. En este nuevo virus el sentido del humor ha generado más reacciones que la propia información oficial. De igual forma, ha resaltado el valor que nos distingue –la Solidaridad–; Sin embargo, esta puede constituir un problema ya que la apertura del internet, las plataformas de comunicación y una ansiedad generalizada, alimentan la desinformación dando paso a la viralización de memes y fake news.De ahí, la importancia que la información oficial sea siempre transparente, clara, precisa, empática, útil y relevante para las audiencias

Por lo anterior, sabemos que a partir de ahora algunos aspectos de la vida y la sociedad sufrirán transformaciones importantes, por ello es necesario reinventar nuevos equilibrios ante este tipo de crisis que alertan y hacen visibles las vulnerabilidades. Históricamente, epidemias como el coronavirus suelen ser un espejo social que muestran los problemas, las normas y prejuicios que anteriormente vivían ocultas en las comunidades. También contribuyen a establecer nuevas normas sociales, alteran las relaciones personales (no saludos), transforman el ambiente (uso de las tecnologías) y democratizan (a todos por igual).

Efectivamente, cuando el equilibrio se rompe y expone las vulnerabilidades de un sistema: como el de salud en este caso, donde el poder y la autoridad se reducen a un punto donde no hay consenso ni líder, crean el vacío perfecto para la especulación, donde todos imaginan cosas diferentes, cualquiera participa y emite su libre opinión y crea nuevos especialistas a partir de la duda y la incertidumbre, los individuos no conciben que el futuro sea incierto y pasan a un estado de negación “a mí no me va a pasar” refugiándose en tradiciones y costumbres del pasado,

Concluyo que hoy México pasa por un momento de crisis, que ha provocado varias micro rupturas en nuestra sociedad: una de ellas de información, marcada por una brecha importante entre la información oficial y la realidad de los mexicanos; otra de costumbres impresa por la fractura entre las costumbres y las recomendaciones sociales, y finalmente la de autoridad, quizás la más compleja que refleja la enorme distancia que existe entre el sistema de salud y el Ejecutivo federal.

Por último, lo más importante es cuidarnos, amar a los nuestros protegiéndonos, esta crisis pasará y aprenderemos de ella, después del caos vendrá el renacimiento y replantearnos hacía una nueva realidad. 

Lic. Carolina Limón Huerta

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