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   Las pasadas elecciones federales del 2018 se caracterizaron por la expresión de un malestar social, que se alimentó de al menos tres aspectos:

1.- La mala percepción en el desempeño del gobierno federal del Presidente Peña Nieto con aspectos como la corrupción, la violencia y frivolidad entre otros aspectos.

2.- Los partidos de oposición desacreditados por la falta de transparencia en los procesos electorales internos. En las cúpulas partidarias imperó la falta de democracia para la elección de los candidatos; con posturas tan cómodas como la de “favorecer la unidad”, optaron por designaciones directas (dedazos) incluso, como el caso del PAN, autoproclamarse candidato a la presidencia.

Por el lado del PRI, con un rechazo casi total del elector, optaron por un candidato externo, para mi opinión, un excelente candidato, pero rechazado en el interior del PRI.

3.-Un Andrés Manuel López O (AMLO) polarizante, con una larga experiencia política y con más 12 años de campaña. Conocedor del malestar social que prevalecía en México, centra su eje electoral en la corrupción de la clase política. AMLO con un lenguaje sencillo dibujó un país en llamas, en caos y al punto de colapso. Le habló al “pueblo bueno” diciendo, que existía un “pueblo malo y corrupto” que se debería combatir.

Con un discurso sencillo y efectivo, combate a la corrupción, centró toda su campaña política, polarizó y alentó ese malestar que se fluía por todo México. ¿Cómo dudar de luchar en contra la corrupción?

   Así con esos tres ingredientes, los mexicanos llegamos a votar el 1er domingo de Julio del 2018, polarizados entre chairos y fifís, molestos por el estado de cosas, de una manera emocional en contra del gobierno y de los políticos. Canalizando ese malestar con el único candidato que se erigía como el candidato de la 4ta transformación de México. Los ciudadanos cruzamos esperanzados las boletas electorales por AMLO / MORENA a todos los cargos a elección. Nunca supimos, ni sabemos hoy, por quién votamos. Se votó con enojo. Las consecuencias en lo local, Ud tiene su opinión.

A más de un año de esta elección con resultados de gobierno son nulos e inciertos, AMLO sigue teniendo más de 50% de aprobación. Mantenido en mi opinión, con el mismo discurso de su campaña: Corrupción y el enfrentamiento de buenos vs malos. Busca que esa cicatriz no sane, siendo de una manera de mantener viva una esperanza para un México mejor.    Hoy el ánimo del elector sigue muy polarizado, divido en tercios, los que aprueban, los que reprueban y los que dudan del gobierno federal. Los positivos (aprueban) y negativos cada vez son más duros y compactos, es decir, no cambiarán su opinión

El escenario para la elección del 2021, el gobierno federal buscará fortalecer la figura del presidente pero, no vamos a elegir presidente de México. Elegiremos puestos de elección locales como: Gobernadores, alcaldías, diputados locales, etc.

   Los retos son los mismos: Inseguridad y Corrupción, los mexicanos aún tenemos esperanza que su localidad sea un espacio donde se pueda vivir.

Esperamos sus comentarios…

Gilberto M Limón Corbalá

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